Tanto los estudios de la recepción como el concepto de mediación son de compleja definición y probablemente se explican mejor como contraste con las teorías clásicas. El resumen es que no somos receptores pasivos de información, sino que tenemos capacidad de agencia al seleccionar y reinterpretar el mensaje emitido de acuerdo con unos procesos previos de socialización.
Por otra parte, y desde una perspectiva más académica, necesitaba una teoría que ampliase el concepto de mediación para dar cabida a las capacidades de la comunicación en la Red. Encontré referencias a la idea de hipermediación de Scolari que me pareció útil, aunque no estoy seguro que pueda calificarse todavía de teoría.
El concepto de mediación.
Martín Barbero (1987) define las mediaciones como “ese lugar desde donde es posible comprender la interacción entre el espacio de la producción y el de la recepción”. Un entorno cultural donde el proceso de comunicación adquiere un sentido situado en el receptor con capacidad de agencia, y el discurso se torna polisémico con múltiples interpretaciones.
Traducido al lenguaje corriente, estos estudios culturales consideran que el individuo no es un mero receptor pasivo de información – la audiencia – sino que actúan procesos adquiridos de mediación en una secuencia de fases de la que hablaré más adelante. Es posible por tanto cuestionar el concepto de audiencia puesto que cada receptor se sitúa en un determinado contexto personal, social e histórico.
Es decir, no basta con interpretar la comunicación del emisor hacia el receptor, sino que la mirada crítica del receptor hacia el emisor es en última instancia la que reapropia y proporciona significado al mensaje.
Interviene el concepto de comunidad interpretativa definida por Lindlof (1988), comunidades que no se forman por compartir determinadas categorías sociales, sino “en la esferas de la vida en las cuales la acción social requiere la aplicación pragmática de la tecnología de los medios o del contenido”.
A esta aproximación se superpone el entorno tecnológico caracterizado por multimedialidad, hipertextualidad, reticularidad, interactividad, y viralidad. En la definición de Scolari (2008) dejamos el análisis de los objetos (los medios) para pasar al de las hipermediaciones (los procesos).
Los tipos de mediación.
Orozco (1996) propone cuatro tipos de mediación simultáneos y relacionados.
La mediación individual.
Surge del sujeto cognoscitivo y emotivo, mediante lo que podríamos calificar de background socializador. La recepción se entiende aquí tematizada según guiones mentales (Durkin, 1985) que constituyen esferas de significación. Otras fuentes de mediación son el género, la edad asociada a la cultura, la etnicidad, el origen social y geográfico, y por último el lugar de residencia y estatus social.
La recepción del mensaje es por lo tanto un proceso por fases. Orozco lo describe con la atención como punto inicial, requiere de la comprensión, selección y valoración antes de almacenar e integrar la información, para finalmente, si corresponde, aprehender el contenido y proporcionarle sentido en un contexto micro sociológico.
Por lo tanto, no aceptamos aquello que se nos comunica desde cualquier fuente y en cualquier momento. Siempre se produce un proceso de selección en el que determinados discursos se descartan, y se tiende a reforzar las propias creencias desde aquellos mensajes a cuyo significado hemos otorgado valor.
La mediación situacional.
Se refiere al escenario en el que se produce la interacción con el mensaje. También en este entorno se pueden identificar características: la facilidad de atención o distracción, la soledad o compañía, los límites físicos del espacio, y el significado social de las interacciones previas y de continuación. Seremos menos críticos en una situación emocional de excitación – tras una arenga especialmente motivadora, por ejemplo – que en otra de reflexión en soledad.
También hay que superponer las comunicaciones paralelas en redes sociales comentando los propios eventos emitidos en tiempo real, y los medios alternativos – YouTube, televisión a la carta, bibliotecas online, etc. – que permiten recibir el mensaje de forma asíncrona en el entorno seleccionado por la audiencia. Puesto que en las redes sociales tendemos a comunicar preferentemente con quienes coinciden con nosotros, de nuevo se producirá un reforzamiento de actitudes predefinidas.
La mediación institucional.
Las instituciones sociales median la agencia del sujeto mediante el influjo de la socialización y las normas de pertenencia. Por tanto cada persona mantiene permanentemente consigo un conjunto de esferas de significado procedentes de las instituciones en las que se integra: su familia, su colegio o grupo profesional, las doctrinas y postulados de su grupo religioso e ideológico, sus amigos, …
Estas instituciones habrán actuado a lo largo de la vida del receptor en sus procesoso de socialización, proporcionando unas competencias que actúan como filtros interpretativos: son contextos sociales naturalizados por el individuo, entendidos como aquello que valoramos como natural o de sentido común y que varían según la comunidad interpretativa en la que el receptor se encuadre.
La mediación tecnológica.
Los medios disponen de la capacidad de actuar sobre los contenidos, seleccionando la información que van a emitir, el sector social sobre el que actuar, el formato en el que lo harán, la prioridad y el énfasis en uno u otro aspecto, etc.
Otorgan, mediante la aplicación de la tecnología, naturalización de significado a la realidad desde diversos aspectos: la recreación de la noticia, la presencialidad como testigo del receptor, la construcción de verosimilitud mediante la reputación de la marca emisora, y la apelación emotiva obtenida por elementos contextuales (Orozco, 1991).
Es la habilidad de leer esta información metacomunicativa la que proporciona otra esfera de significado crítica al receptor cuando a lo largo de su socialización ha adquirido esta competencia. En caso contrario el receptor percibirá el mensaje bajo el sesgo introducido intencionadamente por el comunicador, que mediará en el significado otorgado.
Concluyendo.
El receptor puede actuar con agencia según su formación y experiencia. Por ejemplo quien disponga de conocimientos técnicos que permitan racionalizar y atenuar los componentes tecnológicos en los que se basa la apelación emotiva de los medios, o la formación en ciencias sociales permitirá identificar con frecuencia los condicionamientos institucionales. Obviamente, esta capacidad de agencia actúa dependiendo del nivel de interés y de la situación.
En cuanto al entorno situacional, la tecnología ha permitido en estas últimas décadas asincronizar las emisiones de interés colectivo para visualizarlas en el contexto social, cultural, geográfico y temporal que decida el individuo. Por ejemplo, la visualización de programas de televisión con valor educativo emitidos a altas horas de la noche pero visualizados en el entorno familiar más adecuado. De esta forma es posible pausar la emisión para intercalar comentarios, o debatir un determinado aspecto obviando los espacios publicitarios.
También cuando convenga tenemos la capacidad tecnológica de superponer canales y seguir los comentarios en redes sociales sobre eventos informativos, mientras los visualizamos desde la televisión o Internet comentando en tiempo real con otros usuarios aquellos aspectos que consideremos relevantes.
En primera conclusión, queda claro que en general existirá mediación en la recepción de información – y por tanto en los hábitos de consumo multimedia – aunque convendría revisar estos conceptos para profundizar en el impacto de la hipermediación.
Una segunda conclusión no menos importante es que la perspectiva crítica hacia la manipulación comunicativa es una competencia adquirida a lo largo de todo el proceso de socialización. La tendencia educativa actual a primar los contenidos sobre el proceso cognitivo – pongamos que hablo de la supresión de las asignaturas de filosofía y educación para la ciudadanía en los estudios secundarios, por poner un ejemplo – priva a grandes grupos sociales de estas habilidades mediadoras, conformando una sociedad mucho más acrítica y pasiva, y por tanto más dócil.
Finalizo con una escena de comunicación marxista. Los hermanos Marx eran muy hábiles a la hora de jugar con las mediaciones, en los que introducían actitudes preconcebidas que conseguían cambiar repentinamente el sentido de los discursos. Esta escena pertenece a Sopa de Ganso, una de mis películas favoritas de todos los tiempos, en la que Groucho se empecina en destrozar cualquier intento por evitar una guerra.
Fuentes citadas y bibliografía.
Ortiz del Amo, Marian; Welp, Yanina. (2013). SOCIEDAD RED: ESTADO, ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN. Barcelona: Editorial UOC.
Pallí Monguilod, Cristina; Martínez Martínez, Luz M. (s.f.). Naturaleza y organización de las actitudes. Barcelona: Editorial UOC.
Rodríguez García, S. (Agosto de 2004). FUEGO CRUZADO. LAS MEDIACIONES TELEVISIVAS EN LA FAMILIA. Obtenido de Universidad Nacional Autónoma de México: ccdoc.iteso.mx/cat.aspx?cmn=download&ID=5154&N=1
Scolari, C. A. (1 de Septiembre de 2012). ESTUDIOS DE RECEPCIÓN EN AMÉRICA LATINA: MÁS ALLÁ DE LAS AUDIENCIAS. Obtenido de HIPERMEDIACIONES: https://hipermediaciones.com/2012/09/01/estudios-de-recepcion-en-america-latina-mas-alla-de-las-audiencias/