Una visión antropológica del relato de la tragedia de New Cross: cuando emergió el racismo de las instituciones británicas.

En 1977 el partido conservador arrinconó los partidos más pequeños en las elecciones locales del Reino Unido, incluyendo el partido de extrema derecha Frente Nacional, un intencionado contribuyente al incremento de la tensión racial.

Mientras, la desigualdad económica crecía más rápido en Reino Unido que en el resto de la comunidad global del primer mundo. El desempleo, interpretado por el Consenso De Washington como un factor conveniente, se establecía en niveles mucho más altos para las minorías étnicas que para el conjunto de la sociedad británica, que asistía con cierta indiferencia institucional a los problemas sociales de los barrios obreros.

Las autoridades políticas del Reino Unido, encabezadas por Margaret Thatcher, desdeñaban las raíces de las quejas de las minorías tachando a quienes protestaban de criminales y consecuentemente dotaban a la policía de instrumentos de actuación con altas dosis de arbitrariedad.

Es en este contexto explosivo donde fallecieron trece personas en el incendio no accidental declarado en una vivienda de New Cross en la madrugada del 18 de enero de 1981, sin que se llegase a identificar a los responsables. Este dramático suceso, que no recibiría ninguna disculpa ni condolencia de las autoridades británicas, enlazaría unos meses más tarde con los disturbios de Brixton.

El artículo analizado – New Cross, la tragedia que hizo alzarse a los negros británicos, publicado por Walter Oppenheimer en El País, 14 de enero de 2011 – revisa lo ocurrido, transcurridos treinta años desde la tragedia y sin que el suceso haya sido aclarado. 

Hechos

En la madrugada del domingo 18 de enero de 1981, más de 200 personas festejaban el cumpleaños de Yvonne Ruddock en el número 439 de New Cross Road, un deprimido barrio del sureste de Londres. Hacia las 5:50 de la madrugada se declaró un incendio en la planta baja. 13 jóvenes negros entre 15 y 24 años murieron, incluida Yvonne. Uno de los 27 heridos se suicidó dos años después.

el número 439 de New Cross Road al día siguiente
El número 439 de New Cross Road, tras el incendio.

La policía emitió diversas hipótesis, la primera de ellas un posible atentado racista, que posteriormente cambió por una supuesta pelea entre dos o más jóvenes.

No hay constancia de las habituales llamadas de condolencias oficiales del gobierno o de la monarquía.

El lunes 2 de marzo, una marcha de protesta acabó transformándose en una multitudinaria manifestación protestando por la indiferencia de la población y el racismo de la policía.

Los disturbios de Brixton, abril de 1981
Los disturbios de Brixton, abril de 1981

El 11 de abril de 1981 estallan los disturbios en Brixton, un barrio con más del 25% de habitantes de origen caribeño o africano, cuando corre el rumor[1] de que un joven negro fue dejado morir por la policía. Se extendieron a Handsworth en Birmingham, Chapeltown en Leeds, Moss Side en Manchester y Toxteth en Liverpool.

En mayo de 1981 la justicia emitió un veredicto abierto[2]. El caso se reabrió en 2004 y volvió a concluir con idéntico resultado.

En 1997 el gobierno laborista encarga a Sir William MacPherson, juez retirado, un informe sobre la investigación policial en el caso de la muerte de Stephen Lawrence, que al ser publicado en 1999 incluye entre sus conclusiones la existencia de racismo institucionalizado y errores varios cometidos por la policía.

Diez años más tarde Richard Stone, uno de los expertos que colaboraron en el informe anterior, publica una evaluación de los cambios ocurridos. Si bien valora positivamente algunos avances, en lo que respecta al enfoque policial concluye que “diez años atrás, sería entre 5 y 6 veces más probable ser detenido o buscado por la policía siendo negro que blanco. Ahora el ratio general es de 7 veces más probable…[3].

En 2016 seguimos sin saber quién o quienes incendiaron la vivienda de New Cross Road, ni por qué.

Contexto

El final de los años 70 y principio de los 80 son objeto de estudio de la Historia Económica por producirse una transición desde las décadas doradas de creación del sistema de bienestar, a una situación en la que se afirma en la política el paradigma del capitalismo de estado, más conocido por el nombre peyorativo de neoliberalismo, en la que por primera vez desde la segunda guerra mundial el consenso de Washington predominante acepta que un cierto grado de desempleo puede no sólo ser aceptable, sino incluso conveniente.

Como expondré más adelante, la desigualdad se dispara con los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher en el Reino Unido, y Ronald Reagan en EEUU.

Ronald Reagan y Margaret Thatcher en el 10 de Downing Street
Reagan y Thatcher en 1981

Se produce un cambio cultural en algunas comunidades étnicas al realizar que ya no tienen el apoyo del Estado en materia de políticas económicas, y constatar que están siendo desplazadas hacia una situación de marginalidad. La consecuencia son disturbios de origen económico que se etiquetan como raciales, en los que emergen normas (Reicher, 1987) originadas en identidades minoritarias frente a quienes son percibidos como externos a la comunidad.

Contexto racial

Podríamos definir racismo como “las doctrinas que buscan mantener o cambiar el statu quo político sobre la base de grupos o categorías que utilizan diferencias genéticas hereditarias” (basado en Buhannan, 1996).

El psicólogo social Stephen Reicher estudió estos acontecimientos y llegó a la conclusión de que existen mecanismos que permiten la emergencia de normas sociales durante un disturbio aparentemente irracional. Citando a Hicks y Leis (1977), para ser étnico se necesita que alguien sea étnico de otra forma, y la construcción de identidades facilita que en esos momentos se produzca una brecha entre quienes forman parte de la comunidad, y quienes son percibidos como extraños.

Desfile del Frente Nacional en 1975 en Londres, exigiendo la deportación de los inmigrantes que no sean blancos.
Desfile del Frente Nacional en 1975 exigiendo la deportación de los inmigrantes que no sean blancos.

Un año antes del incendio se produjeron los disturbios de St. Pauls, en Bristol, a raíz de una redada en una cafetería. La tensión racial se había visto exacerbada por el partido ultra derechista Frente Nacional. Mientras, la policía actuaba con contundencia en los barrios con importantes minorías de  origen caribeño y africano, amparada por la llamada Sus Law (de Suspected person) que permitía a la policía detener, registrar, y eventualmente arrestar a cualquier persona en base a la sección cuarta del Acta de Vagancia de 1824.

Contexto económico

Desigualdad económica en UK
Desigualdad económica en UK: atribución del patrimonio nacional para el 1% y el 10% más ricos.

Oppenheimer menciona varias veces en su artículo la situación de desigualdad económica y desempleo que padecía en mayor medida la población de determinadas comunidades con mayoría de origen caribeño-africano. Efectivamente Piketty (2014) demuestra que en el Reino Unido una pequeña minoría acumula buena parte de la renta y del patrimonio: en 1980 el 1% de los británicos acaparaba el 22,7% del patrimonio, y el 10% más rico el 62,6%.

Desempleo por grupo étnico 2002-2015 en el Reino Unido
Desempleo por grupo étnico 2002-2015 en el Reino Unido

En cuanto al desempleo, se estaba incrementando notablemente en Europa hasta alcanzar y superar a EEUU en 1982, pero distribuyéndose de manera muy desigual por grupos étnicos.  En Gran Bretaña las minorías todavía duplicaban el ratio de la mayoría blanca de forma consistente incluso entre 2002 y 2014.

Contexto institucional

En la década de 1970 y 1980 eran frecuentes las acciones de afirmación racista del grupo de extrema derecha Frente Nacional en estas zonas.

Margaret Thatcher en el parlamento británico en 1981
Margaret Thatcher en el parlamento en 1981

En mayo de 1979 había conseguido el cargo de Primer Ministro la líder conservadora Margaret Thatcher, cuya política de dureza la llevó a rechazar fundamentos de desigualdad o pobreza en el origen de los disturbios de Bristol (1980) o Brixton (1981), con frases taxativas contra quienes apuntaban a causas económicas y sociales: “…una absoluta tontería y una observación horrible… nadie debería perdonar la violencia. Nadie debería perdonar los acontecimientos… Eran criminales«[4].

En 1980 estallaron las revueltas de St. Pauls, en Bristol, que se saldaron con centenares de heridos y grandes daños materiales. Les siguieron revueltas en Brixton, Leeds, Liverpool, Manchester y Birmingham en 1981.

El silencio del Gobierno conservador y de la Casa Real en el caso de New Cross, que no emitieron las habituales condolencias ni contactaron con las familias, transmitió un mensaje de indiferencia que enfureció a los habitantes de etnias minoritarias, pero también les hizo tomar conciencia de su capacidad para reclamar sus derechos. Otro tanto cabría decir del sistema judicial británico, que después de dos veredictos de otros tantos tribunales, sin conclusiones definidas, fue también percibida como una institución incapaz de ofrecer justicia.

En lo que respecta a la policía, es percibida como un elemento externo a la comunidad, y de acuerdo con las conclusiones de los informes ya mencionados de MacPherson y Stone el racismo está institucionalizado.

Este sesgo cognitivo de las instituciones, que se podría entender como discriminatorio, facilitó sin duda que la tragedia de New Cross actuase como el detonador en un clima de enfrentamiento étnico.

Interpretación

El análisis puede efectuarse desde diversos puntos de vista que permitan identificar aquellas claves identificadoras de elementos culturales. En este orden, existen varios elementos que permiten afirmar que el articulista ha asumido el relato de la minoría.

El lenguaje

Teniendo en cuenta la trayectoria del autor del reportaje, lo primero que llama la atención es la mención a la raza – “los negros británicos” – del título. Es probablemente una provocación al lector, aunque de los comentarios del blog se infiere que no ha sido siempre correctamente interpretado, pero define el ambiente de categorización racial que fundamenta el trabajo.

Manifestación del 2 de marzo de 1981 - Londres
Manifestación del 2 de marzo de 1981 – Londres

Implícitamente el periodista utiliza un lenguaje partidario en varias ocasiones, por ejemplo al relatar en forma épica la manifestación del 2 de marzo – “Los niños saltaban las verjas de las escuelas para incorporarse, los mayores dejaban el trabajo aunque les despidieran.” – o incluir términos acusativos al valorar la actuación de las instituciones y de la prensa  – “La desidia policial, el sensacionalismo de la prensa y el mutismo de la reina y el Gobierno”.

La elección de entrevistados

Gus John (foto superior) y Bernie Grant
Gus John (foto superior) y Bernie Grant

La elección de Gus John[5] como principal entrevistado sin duda no es casual. Se trata de un experto reconocido internacionalmente en educación, famoso por su lucha contra el racismo, que rechazó en 1999 una condecoración de la Orden del Imperio Británico porque, en su opinión, el mayor impedimento para alcanzar la igualdad racial es precisamente el legado del imperio. Igualmente, el diputado laborista Bernie Grant se posicionó públicamente contra el racismo policial.

Tanto los dos anteriores como los testigos pertenecen a la comunidad de origen caribeño o africano.

No se citan en el reportaje, por ejemplo, fuentes institucionales – policía, administraciones públicas, … – que pudieran presentar otra versión del discurso de los hechos. Tampoco deja constancia de que se haya producido algún intento de recabar su versión de los hechos, y las instituciones lo hayan declinado.

El discurso

Un aspecto importante en la época de sobreabundancia de información es la selección de los extractos que se incluyen en un reportaje, y que en definitiva constituyen una decisión del periodista para presentar una determinada visión de un objeto social. En este caso Oppenheimer selecciona frases que traducen tres ideas fuerza:

  • Lo que piden los manifestantes es que no se les agreda y recorte sus derechos y libertades. Dicho de otra forma, exigen igualdad de oportunidades y no privilegios: “Lo que hizo la masacre fue unir a la gente para protestar no solo por la falta de oportunidades que teníamos como población negra en términos de desempleo, acceso a educación de calidad y todo eso, sino la forma en que la policía y los tribunales en particular estaban socavando los derechos y las libertades civiles de la gente negra.”
  • La visión del problema es compartida por la comunidad, sin que se manifiesten disidencias. Incluso quienes no participan activamente apoyan los sentimientos y acciones: “Y creo que mucha gente mayor, de forma callada entre bastidores, apoyaba a los jóvenes y lo que estaban haciendo…
  • Los entrevistados hacen recaer la responsabilidad sobre las autoridades: “…porque las autoridades no se estaban tomando en serio lo que estaban sufriendo nuestras comunidades, las violaciones de los derechos humanos.”

La carga de la justificación de los disturbios recae por tanto sobre las instituciones que recortan derechos y oportunidades a la comunidad negra – como se identifican los entrevistados – y exime a los manifestantes. Las ideas y discursos son compartidos por toda la comunidad, formando un conjunto de acción de reclamación de derechos.

Diferencias étnicas: sociedad vs minorías desfavorecidas

En todo el relato vemos por lo tanto un discurso de acusación a las instituciones británicas – incluida la prensa – y la sociedad por su indiferencia hacia la marginación de las minorías. Se establece un enfrentamiento étnico y cultural de la ciudadanía desfavorecida como etnia identificada por sus orígenes – se repite caribeño o africano – cuando no directamente por un rasgo genético hereditario como es el color de la piel. Enfrente, no se habla de la mayoría blanca, pero está implícita al apuntar hacia las instituciones, y más en particular hacia la policía y la justicia dirigidas por personas de la comunidad mayoritaria.

Presenta por tanto una lucha étnica, de la comunidad contra las instituciones, de los habitantes del barrio contra la policía.

Conclusiones

 “Este país no es capaz de afrontar las cuestiones de raza, etnia y ciudadanía, de raza, etnia e identidad nacional, de raza, etnia y derechos civiles y derechos humanos. Porque en el fondo tiene un patrón racista

El trabajo de Stephen Reicher y los informes de personas tan cualificadas como MacPherson y Stone hacen imposible concluir que los disturbios fuesen simplemente el resultado de momentos de ofuscación irracional, como opinaban algunos estudiosos sociales clásicos, o actos criminales como afirmaba Margaret Thatcher, sino el resultado de un enfrentamiento étnico fraguado a lo largo de décadas y reforzado por la aplicación de unas doctrinas económicas y políticas que fomentan la desigualdad, impidiendo la integración social. Este es el mismo enfoque que adopta el autor del reportaje al suscribir las tesis de la minoría de los “negros británicos”: las instituciones, con énfasis en la policía, tienen componentes racistas.

De las revisiones de los informes publicados a finales de los años 90, en los que se apoya Oppenheimer, se desprende que la actitud del cuerpo de policía no ha evolucionado lo suficiente para diluir las fronteras culturales, sino que al contrario las han mantenido y exacerbado a través de políticas de desigualdad, mediante la aplicación de acciones basadas en la “raza”.

En el contexto descrito no es de extrañar que los conflictos se reproduzcan con cierta periodicidad – los sucesos de New Cross se produjeron en 1981, y treinta años más tarde siguen de actualidad – puesto que la desigualdad, si acaso, crece en lugar de confluir y favorecer una integración que haga desaparecer la percepción del conflicto entre dos etnias enfrentadas. Probablemente se reproduzcan pronto tras la masiva acusación hacia los inmigrantes protagonizada por los políticos partidarios del leave en el Brexit.

Cierra el artículo una cita de cita de Gus John afirmando que “afortunadamente aún hay una actitud, una perspectiva de liberalismo en esas sociedades europeas, que valora la libertad, que se opone a la tiranía”. Visto en perspectiva desde el año 2016, con la crisis de refugiados y la incertidumbre del Brexit, esta visión suena injustificadamente optimista.


[1] Parece que lo realmente ocurrido es que la policía intentaba subir un joven herido a un coche patrulla para trasladarlo al hospital, pero al verse rodeados por manifestantes que pensaron que lo llevaban detenido los policías decidieron esperar refuerzos. Todo resultó ser una desgraciada confusión.

[2] En la justicia británica, un veredicto es abierto cuando el jurado entiende que la muerte de la víctima ha ocurrido en circunstancias sospechosas, pero no existen pruebas para concretar la causa entre las que posibilita la legislación: muerte natural, suicidio, homicidio, etc. http://www.inquest.org.uk/help/handbook/section-4-3-verdicts

[3] Sumario ejecutivo del informe del Dr. Richard Stone, página 6.

[4] Declaraciones de Margaret Thatcher realizadas el 13 de abril de 1981.

[5] Para leer más sobre Gus John ver su blog http://www.gusjohn.com/


Bibliografía

Bohannan, P. (1996). Para raros, nosotros. Introducción a la Antropología Cultural. Madrid: Akal.

MacPherson, W. (febrero de 1999). THE STEPHEN LAWRENCE. Obtenido de GOV.UK: https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/277111/4262.pdf

McGuiness, F. (2 de septiembre de 2015). Unenployment by ethnic background. Obtenido de Parlamento británico: http://www.parliament.uk/briefing-papers/SN06385.pdf

Newburn, T., Lewis, P., & Metcalf, J. (9 de diciembre de 2011). A new kind of riot? From Brixton 1981 to Tottenham 2011. Obtenido de The Guardian: http://www.theguardian.com/uk/2011/dec/09/riots-1981-2011-differences

Oppenheimer, W. (14 de enero de 2011). New Cross, la tragedia que hizo alzarse a los negros británicos. Obtenido de Oppen blog – El País: http://blogs.elpais.com/oppenblog/2011/01/new-cross-la-tragedia-que-hizo-levantar-a-los-negros-brit%C3%A1nicos.html

Piketty, T. (2014). El capital en el siglo XXI. Ediciones Fondo de Cultura Económica.

Reicher, S. (1987). The Psychology of Crowd Dynamics. Obtenido de Christian-Albrechts Universität zu Kiel: http://www.uni-kiel.de/psychologie/ispp/doc_upload/Reicher_crowd%20dynamics.pdf

Stone, R. (enero de 2009). Stephen Lawrence Review. An independent commentary to mark the 10th anniversary of the Stephen Lawrence Inquiry. Obtenido de http://www.stoneashdown.org/images/stories/slr_report.pdf

Tello Aragay, Enric; Garay Tamajón, Lluís. (s.f.). La Segona Globalització: de l’estagflació dels anys setanta a la Gran Recessió (1973-2012). Barcelona: UOC.

Thatcher, M. (13 de abril de 1981). TV Interview for ITN. (A. B. ITN, Entrevistador) http://www.margaretthatcher.org/document/104617. Obtenido de Margaret Thatcher Foundation: http://www.margaretthatcher.org/document/104617

White, M. (14 de julio de 2004). How the Empire gong could be dumped in the dustbin of history. The Guardian, Obtenido de http://www.theguardian.com/politics/2004/jul/14/uk.Whitehall1.

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