A finales del año 2023, ya bastante pasado, nos juntamos dos generaciones y media para hablar de cómo nos iniciamos en esto de la lectura, y las consecuencias vitales que de tal afición se han derivado. Descubrimos que se dan condiciones personales en el afán lector, pero también coyunturas que determinan su desarrollo. De todo ello nos pusimos a cascar -voz equivalente en la Mancha a charlar en el resto del universo castellano parlante- Alicia, Laura y yo.
Ahora que se acercan las fechas de las respectivas Feria del Libro por toda España parecería un momento adecuado para recordar aquellos tiempos en los que descubríamos la novela negra, nos sumergíamos en el pasado de la mano del género histórico, vagábamos por nuevos mundos recién creados por la ciencia ficción, o nos evadíamos por completo de la realidad en universos fantásticos.
¿Cómo empezamos?
En la primera parte hablamos de nuestros inicios en las diferentes etapas de desarrollo personal, desde puntos de partida muy diferentes. Es probable que muchos lectores y lectoras de nuestras respectivas generaciones se vean reflejados en lo que contamos, pero cuando no sea así, cuando menos servirá para que el oyente recuerde sus propias circunstancias. Por citar una una de ellas, Alicia y Laura crecieron en ambientes lectores mientras que yo lo hice en el entorno hostil a la libertad de pensamiento, y también -al menos en mi caso- de notable pobreza durante la segunda parte de la década de 1960.
¿Qué nos ha aportado?
Como resulta habitual en las charlas entre gente bien avenida, la cosa se prolongó y ya que estábamos, hablamos de las consecuencias que esta afición -o adicción, que en mi caso no se sabe muy bien- nos ha aportado a lo largo de nuestra vida.
Espero que os resulten interesantes, y antes de despedirnos permitid que os recuerde que este humilde servidor, además de leer, también le da por escribir ficción y recitar poesía. Si deseáis visitarme podéis hacerlo, además de en mi pueblo natal de Villarrobledo (aquí en 3D), en mi web vjnacher.com donde encontraréis, además de detalles sobre mis novelas, recitales de poesía, teatro, microrrelatos y todo aquello que se me ha ido ocurriendo a lo largo de estos últimos años.
Un saludo y, por favor, no dejéis nunca de pensar para leer, y leer para pensar (*).
(*) Y no, con ello no me refiero al pernicioso doom scrolling…
Gracias por dejar un comentario. Nota que no se aprobarán aquellos que superen las 250 palabras, o contengan afirmaciones no demostradas. Por ejemplo, si afirmas que la madre de algún personaje público ejerce la prostitución, tendrás que aportar pruebas.